Hipolita Díaz vive con su abuela Carlota en un pequeño poblado en Panamá, criada lejos de su madre, Asunción, quien por haberla tenido sin haberse casado le fue arrebatada. Carlota es interesada y ambiciosa, por eso cuando doña Adelaida le ofrece una buena cantidad para que Hipólita sea la esposa de su hijo Antonio, Carlota no lo piensa dos veces y obliga a su nieta a casarse con el hombre. Hipólita, quien ama a Antonio, se casa con él sin saber que su matrimonio fue
arreglado para acallar los rumores acerca de la hombría de aquél. Cuando la abuela Carlota muere, Hipólita queda a merced de su suegra, quien la maltrata y humilla constantemente. Pasan los meses sin que la pareja haya consumado el matrimonio por la impotencia sexual de Antonio. Doña Adelaida presiona día y noche a su hijo para que consume el matrimonio con Hipólita y logre dejarla embarazada; no sólo para limpiar su reputación como hombre, sino además porque el tío de Antonio y hermano de su difunto padre le ha prometido su herencia si tiene un heredero varón. Por otro lado, don Luis Manrique es un hombre de buena familia nacido en el pueblo mexicano de Cuencas y primo de don Diego Arellano, conde de Guevara. Luis llega a Panamá a arreglar un negocio de su primo sin saber que se trata de un plan de Diego para matarlo. Es atacado por unos hombres pero logra huir, y al no tener donde esconderse se mete en la propiedad de doña Adelaida quien lo manda apresar. Doña Adelaida, en un principio convencida de entregar a Luis a las autoridades, cambia de idea al observar en él cierto parecido con su hijo Antonio y le propone un trato: lo dejará ir a cambio de que se acueste con Hipólita e intente dejarla embarazada haciéndose pasar por Antonio. Luis no tiene más remedio que aceptar.
Luis se acuesta con Hipólita y ésta, creyendo que se trata de su marido, lo recibe alegremente, pero este al sentirse culpable e impidiendo que ella vea su rostro, le explica el trato llevado a cabo entre él y su suegra, lo que por supuesto horroriza a Hipólita. Luis logra escapar de la casa y esa misma noche emprende el viaje de vuelta a México. Después de unas semanas, Hipólita se descubre embarazada del misterioso mexicano. El niño que nazca será indispensable para acallar los rumores acerca de la sexualidad de Antonio, a quien no le importa cuidar de un hijo ajeno, pero Hipólita escapa de su casa hacia Cuencas con una criada para buscar al padre de su hijo para que le dé el apellido que le corresponde. Después de 3 años doña Adelaida muere.
En Cuencas no solo vive Luis con su familia, sino también Asunción, madre de Hipólita, con su marido Francisco y la hija de ambos, Catalina, obligada a entrar en un convento de monjas. Al llegar al pueblo Hipólita se reencuentra con su madre y conoce a su hermana, pero también encuentra a Luis, quien está casado con Esperanza, quien no ha podido concebir un hijo. Hipólita se entera que Luis mantiene a una prostituta del pueblo, Perla, a quien visita de vez en cuando, pero la llegada de Hipólita hara surgir un profundo amor que inicio con una noche de pasión, aunque este amor sera imposible pues no sólo se lo impide el matrimonio de Luis, sino también su propia madre, Juana, que guarda un terrible secreto desde años atrás.
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