María José (Jacqueline Bracamontes) es una sencilla chica de pueblo que espera con ilusión el día de su boda con Alejandro Lombardo (William Levy), sin sospechar que su Alejandro es, en realidad, Bruno (David Zepeda), el medio hermano del verdadero Alejandro, heredero de una gran fortuna.
Después de la boda, Bruno vuelve a su casa en la ciudad de Mérida y ordena el asesinato de su hermano. Pero Alejandro sufre un "accidente" automovilístico y todos lo dan por muerto. Sin embargo, será rescatado por unos campesinos que lo llevan a un hospital.
Seguro del éxito de su plan, Bruno finge hallar el acta de matrimonio de Alejandro y María José. Victoria (Daniela Romo), su madre, contacta a María José y le informa de la muerte de Alejandro. Abrumada por el dolor, la joven viaja a Mérida para el funeral mientras Bruno va a su pueblo, revela la verdad al padre de ella, Don Pedro (Héctor Sáez), y bajo amenazas lo obliga a aceptar ser su cómplice; luego se presenta ante María José para convencerla de compartir la
herencia, pero la chica se asusta y huye. Bruno la sigue y la hace volver con él, asegurándole que de ello depende la vida de su padre. Sin embargo, al regresar a Mérida se encuentran con que Alejandro está vivo.Victoria se extraña mucho de que Alejandro se haya casado en secreto, sobre todo habiendo estado comprometido con Maura (Ana Brenda Contreras), y las dudas aumentan cuando Alejandro no recuerda nada de su supuesta boda, pero lo atribuye a una amnesia parcial causada por el accidente. Alejandro encuentra muy atractiva a María José, decide esperar para ver si la recuerda y la trata con gentileza.
María José se da cuenta de que se está enamoranda de Alejandro y su conciencia no la deja en paz; mientras que Bruno -que se muere de celos- es cada vez más violento y amenazante. La actitud de la joven despierta las sospechas de Alejandro y, cuando finalmente ella le pide el divorcio, la presiona para que le diga la verdad.
María José sabe que Bruno es un hombre sin escrúpulos y, si habla, pondrá en riesgo la vida de sus seres queridos. Sin embargo, también sabe que si continúa callando, la vida que corre peligro es la de Alejandro, el hombre que ama.
María José y Alejandro empiezan a vivir una gran historia de amor, siempre con las dudas de si dice o no la verdad María José, porque Bruno está todo el tiempo creando tramas para separarlos.
María José se queda embarazada y no le dice nada a Alejandro por miedo, y este sin saber nada, le dice que se vaya de su casa. Estos regresan a su casa, sufriendo M. José un accidente junto con Paula. Cuando Alejandro se entera que M. José está grave en el hospital y a punto de perder a su hijo, decide ir a verla. La única forma de que se salve es recibiendo una donación de sangre de Bruno, y este le pide a su hermanastro que donará sangre siempre y cuando se divorcie de su mujer y le de la presidencia de la empresa, Alejandro acepta desesperado.
Alejandro y M. José se divorcian pero siguen viviendo como si estuviesen casados, y disfrutando del embarazo, hasta que Alejandro y Fernando tienen un accidente y se quedan un tiempo atrapados en una isla desierta, dándolos de nuevo por muertos. Ambos regresan sanos y salvos de la isla. Alejandro llega a tiempo para ver como su mujer da a luz a su hijo, (adelantado el parto por culpa de Bruno). El niño nace correctamente y se llama Antonio, como el padre de Alejandro.
Bajo la desesperación de Elena (madre de M. José, Sandra y Paula)y el Dr. Jorge Krueger(marido de Elena), deciden con la ayuda de Maura y Bruno secuestrar a María José para hacerla pasar por Sandra que está en coma y así cobrar una herencia millonaria.
Al tiempo Alejandro descubre que su mujer está viva y decide volver a conquistarla, para eso se la lleva a su casa de nuevo y la obliga a recordar. Pasado un tiempo, esta empieza a recordar y confiar en Alejandro, y a verlo como su esposo.
Bruno muere al recibir un disparo por parte de Eric cuando él intentaba matar a Alejandro otra vez. Maura ingresa en prisión por ser culpable del secuestro, junto con Elena. Paula se enamora de Gabriel y son felices.
Todo vuelve a la normalidad, el amor vuelve a la casa Lombardo, María José y Alejandro disfrutan como nada de su vida de nuevo, y se casan, esta vez sí, por la iglesia y por la decisión de los dos.
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